Es como una humarea que nos persigue buscando un hueco en nuestro
mundo para poder quebrarlo y quedarse con nuestras raices. A veces
quisiera ser tu sombra para poder protegerte allí donde vayas y que
nunca choques con nada, otras creo que sigo vomitando sangre y mis
defectos se van allí, de donde vine. Puede ser que tantos años
desgastandome en el intento ha terminado
por destrozar lo que en el fondo soy (o lo que quise ser).
Siento que tu eres la columna más fuerte de este eslabón perdido en algún cielo desconocido trazando líneas imaginarias para que nadie más puedan verlas. Pero admito que me perdí con todo esto y que no he mantenido la postura que propuse (en realidad nunca lo he hecho), y no consigo sacar de mi cabeza todas aquellas cosas malas que pienso que hay pero que sé que no hay. Me paso la vida buscando defectos, errores y malintenciones con el fin de demostrarme que no hay nadie bueno aqui abajo donde acabaron todos los demás, pero lo cierto es que acerté en el 90% de cada una de las veces que creí en mis pensamientos, la diferencia es que tu no eres quien mi mente sugiera que seas, o me entrego a tus palabras o me entrego a las mias, no creo que ninguna de las dos partes me convenga, pero no siempre podemos ganar o perder.
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