Palabras.

Ellas son la razón de todos los problemas, de llegar a lo más alto y a lo más bajo. Escoger cada palabra es tan crucial en ciertos momentos de tu vida que equivocarte puede ser un error fatal, pueden conseguir expresar todos aquellos pensamientos que guardamos dentro, esos que nos perturban o nos hacen felices. Dicen lo que vemos, oimos o sentimos en cada instante de nuestra vida.

Sé que por error yo tampoco supe decir las palabras adecuadas en el momento oportuno, pero también sé que conforme creces aprendes a saber decir las palabras que necesitas en cada momento, sin pensar demasiado, y entonces es cuando sabes plasmar todo lo que esta ahí dentro de tí, esas cosas que tan solo tu podrías desvelar, y únicamente tu tienes el poder de decidir si pronunciarlas o no.

Supongo que hay algunas palabras que aún no sé cuando debo decirlas, me cuesta escupirlas e incluso me tiembla la voz de tan solo pensarlas. Nunca estuve acostumbrada a decir gracias por la falta de que alguien hiciera algo por mi, siempre pensé que una cosa tan simple de pronunciar era imposible que bastase para alagar a alguien que había hecho algo sin esperar nada a cambio, además siempre preferí los hechos que las palabras, pero al parecer las palabras parecen calmar mucho más que los actos, es cierto, el ser humano suele confiar más en las palabras antes que en nada, por eso son tan importantes.