La mirada se me clavó en tus pupilas entre tanta gente, eras tal y como yo quisiese que fueras, y la vida me da un vuelco cuando creo que siempre elijo bien hasta la hora de la verdad, tu eres una de esas personas de las que miro sin darme cuenta mientras se me escapa una sonrisa, una de esas a las que me encantaría sacar de sus problemas y hacerle creer que la vida es mejor de lo que creemos. Tu devolviste las esperanzas de todo cuanto yo quise destruir. Pero nada quita las huellas de tu pasado, de tus errores y todo aquello en lo que te convertiste por desamor, siempre creí que deshacemos todo lo que en realidad somos cuando creemos que todo está acabado y lo tiramos todo por la borda creyendo que no tenemos nada que perder.
Quizá una de las cosas más duras de esta vida es ponerle punto y final a todo aquello que nos hizo feliz, a las sonrisas, a las noches, a las locuras, a los besos y a los sentimientos, yo hasta día de hoy no encontré nadie que fuera capaz de ser tal y como yo he querido que fuese. Tu, tan yo, el arte de lo prohibido, el exceso del placer, la sonrisa de tan siquiera una palabra, tan duro por fuera y tan blando por dentro...
Se me escapa un poquito de sentimiento con cada palabra que sale de tu boca, es como una primera vez lejana, como si ya te conociera hace ya mucho tiempo atrás, quizá nos hubieramos conocido en otra vida, quien sabe.
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