Al final acabo rompiendo con el ideal de aquella chica que siempre quise ser, y será que esta vida nos cambia tanto que terminamos siendo todo lo que odiamos, y cuanta razón.
Soy como un caballo redomado entre tantas ataduras que me volví dócil a los ojos de la gente, ya no soy nada, ya solo soy una más entre tanta multitud, o al menos así me siento cuando soy consciente de todo lo que a cambiado en mi, y sé que me gusta en el fondo, pero siento que me traiciono a mi misma. Y seguramente todos renunciemos a algún sueño si nuestras espectativas cambian de parecer...
Es cierto, daría todo cuanto estuviese en mis manos si eso hiciese que permaneciese todo el tiempo a mi lado, pero a veces creo que no es la solución más acertada para engañarme a mi misma por renunciar a todo lo que tuve en un pasado que perdimos con el tiempo.
Luché en contra de todo lo que mantuve al margen para no caer en donde ahora estoy, y siento decirme que finalmente nunca fui como lo tenía planeado.
¿Serán los imprevistos los que acaban marcando mi vida?
2 comentarios:
Suele pasar al contrario. Somos algo que odiamos. O simplemente que no nos gusta. La propia aceptación es una meta difícil ante la que la mayoría prefiere cerrar los ojos y decir "yo no soy así".
Conócete a ti misma y vive para ti misma. No merece la pena vivir por nadie más.
Un saludo.
PD: los imprevistos rigen la vida de todos. Depende de cada uno si está listo para afrontar aquello que se escapa a sus planes o no.
me encanta vera...
escribes muy bien!
Publicar un comentario