Creo que debería de dedicarme a lo que realmente me gusta: pensar.
Suena tan absurdo que podría resultar hasta ingenioso, puede que la mayoría de las veces seamos todas aquellas cosas que quisimos ser y nunca fuimos, como una especie de tormenta de ideas de nosotros mismos que hace que vayamos descartando las ideas hasta llegar a un punto fijo, somos todas aquellas cosas, ese beso equivocado, el sabor de helado que te gusta, el recuerdo que añoras, ese hobbie más osado, la vergüenza más oculta o cualquier cosa que acabarás siendo en algún futuro.
La incansable sed de buscar nuestra verdadera espectativa entre las mil millones que quisimos algún día por muy absurda que parezca, esa que finalmente nunca llegaremos a ser. Pero luchar por lo que crees es lo más sensato que puedes tener en esta vida, pues nadie más que tu pondrá la sangre y la piel que haga falta para conseguir lo que un día pareció tan disparatado para algunos.
Lucha, pero sobre todo piensa todas aquellas ideas que finalmente acabarás descartando, son tan imprescindibles como necesarias para llegar a donde estarás tarde o temprano.
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