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20.5.14

Caperucita,Pedro y el lobo

El lobo se siente tan solo entre sus rejas que es capaz de imaginar la libertad al otro lado de ellas, a tan solo un paso de todo aquello que antes pudo tener.
Quizás estuvo en el lugar y el momento equivocado, o quizás le buscaban a él, o a lo mejor solo se trataba de una gran masacre... Fuera lo que fuera la suerte no estuvo de su lado aquella noche, la Luna le señalaba y las sombras amenazaban con arrinconar le hasta el amanecer.

Ahora aúlla porque tiene miedo, aúlla porque busca el consuelo de sus semejantes y su manada le traicionó cuando más los necesitaba, y cuanto más les busca más solo se siente, y cuanto más añora más vacío se ve.

Y se despierta cada mañana intentando buscar en su interior aquella criatura salvaje que fue. Pero tan solo puede ver en él una terrible paz que le acorrala y le doblega hasta tal punto que ya nadie le teme al lobo por sus garras ni por su crueldad, ahora se ríen de él enseñándole los dientes y burlándose de él.




¿Y que fue de aquel lobo que degolló a caperucita? ¿Y que fue de todas aquellas ovejas que mató?

Ya nadie se acuerda de que él fue la pesadilla de todos cuando aún podía asesinar sin remordimientos...


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