Vivo en un constante recuerdo de mi ayer, un ayer tan lejano que parece que no llegué a tocarlo jamás. Quiero recobrar todas esas cosas que me hacían tener la ilusión de despertarme cada mañana sin preguntarme si algún día cambiará toda mi vida para dejar de pensar en todo ello y ponerle punto y final a todos estos pensamientos que me remuerden la conciencia.
Saltar de la cama y huir lejos, como siempre quise, huir a algún lugar en el que crea pertenecer, en sentirme parte de toda aquella gran masa mientras miro al cielo pensando en que se parase el tiempo y me dejara un instante más sintiendo todos aquellos sueños y recuerdos que tengo.
Preocupaciones y un montón de deseos cumplidos que no consiguen saciar nada y aqui sigo en mi propio agujero infinito que hace el mismo circuito minuto tras minuto, demasiado rápido y demasiado adulto a la vez.
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