Como un pájaro al vuelo, me marché , como la brisa del mar al atardecer, yo escapé...
Mi jaula se evaporó cual cenizas, cenizas que se convirtieron en otra energía, energía que está en constante movimiento, pertenecemos a un todo, en el que todos formamos parte, pero si te apartas tan solo crearás soledad, soledad que se resume a tristeza, tristeza por abandonarlo todo y olvidar quien eras. Huir. Huir de lo que no te aferra, de lo que te vacía por dentro y te hace sentir muerto.
Escapar, de todo lo que huele a muerto, de las esperanzas e ilusiones rotas, de las promesas incumplidas y de los recuerdos malos.
El reloj giró tan rápido que se desvaneció entre mis dedos, como si entre ellos intentase sujetar el tiempo que perdí, el tiempo que se llevó el viento. Ahora es un bucle constante, como si hubiera vuelto al mismo punto de partida donde guardé mi felicidad.
Mi puerta ya se cerró, cerró las infinitas posibilidades por desamor. Cerró de un portazo para llamar la atención pero nadie la escuchó y se oxidó.
Libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario