Nunca creí que tantas señales me guiasen en un camino con tan poca luz, que en medio de la oscuridad apareciese aquel extraño parpadeo que terminó por encajarme en algún punto de aquí o de allí. Como si aquella energía me estuviera diciendo que la respuesta estaba delante de mi, pero que solamente necesitaba recorrer un poco más de este espeso camino para encontrar algo bueno de verdad, algo que quizás estaba en mi.
El miedo me enseñó a mantener el vuelo, a volver a volar aún sabiendo que aquello implicase caerme, que la práctica hace al hechicero y que volaría una y mil veces más con tal de volver a sentirme viva...
Que creo que me gusta pensar que nuestra historia es fruto de un montón de energías que se terminan atrayendo por alguna especie de honda magnética que termina de encajar en algún punto. Y al final acabas confiando en las personas que menos te esperabas porque a veces son las que más te dan sin esperar nada a cambio. Quizás porque su felicidad no depende de la mia y yo conseguí tiempo para ser feliz sin nadie más.
Y cuando avanzas en el camino te das cuenta de que el futuro brilla más fuerte que todo tu pasado, porque guardas la esperanza de haber encontrado el buen camino y eso te hace indestructible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario