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28.6.19

Odio a los humanos.

Quizás busque algún corazón cálido en el que verme reflejada para así tapar el vacío de aquella incertidumbre que se creó, como si faltasen tornillos que apretar y perdiese las ganas de ver que me depara más allá de todo esto. Me falta aliento y aullo a la luna en busca de respuestas creyendo que algún día dejaré de detestar en lo que nos convertimos. Somos una especie evolucionando hacia la involución, animales mal criados que se creen dueños de un mundo que jamás les perteneció. Solo tenemos ese instinto animal de alimentar nuestros deseos con ganas de un resquicio de sentimiento.
Haciendonos fantasías mentales para idealizar las cosas tal y como te gustarían que fueran, pero que en realidad nunca serán. Y te miras al espejo y ves reflejada en él a algo que no termina de encajar con el resto. Como si a la mayoría de personas les faltase una pieza que les hace tener más humanidad en su interior...Puede que solo seamos un molde de esta fría sociedad que quiere expropiarnos nuestros sentimientos para así no guiarnos por el corazón si no por el ego, la codicia o ambición...Y convertirnos en robot alienizados programados para no sentir.

Somos nuestro propio producto con técnicas de marketing en el cual, vale más la fotografía de lo que escoges, que el producto final. Sin importar la cantidad de miedos, emociones, sentimientos, vida...que hay detrás de todo lo que quisimos idealizar, adaptándolo en nuestra cabeza como lo que nos hubiera gustado que fuese en realidad.

Alomejor la sociedad consigue apaciguar ese instinto animal anulando el deseo y faltando el amor.

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