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6.3.21

Besos fugaces, amor pasajero

 ¿Dónde se quedó la empatía por los seres que deambulan por este bosque sin camino?¿Estamos todos perdidos en este ciclo sin final?

Cuantas caras vacías intentando buscar el fuego en algún corazón cálido, tan vacíos que dejé de sentir esa magia que residía antes en los pequeños detalles. Ya nadie escoge a nadie, porque no quieren arriesgar...pero ¿Qué perdemos en todo esto? ¿ganamos algo alguna vez, regalando nuestra luz?

A veces quisiera que alguna luz me iluminase y me mostrase el camino hacia algo un poco mejor, para poder brindarle todo lo que guardo por miedo a no ser valorado. No tengo miedo a sentirme viva, soy yo tal como soy, y sé que ahora el mundo escasea de personas con corazón. Me siento diferente, como si andase entre robots interesados en destruir esa luz que solo algunos tienen. Tan superficial que a veces me gustaría tirar la toalla y dejar de intentarlo. Pero si no brillo yo...dime...¿Cómo sabrán que brillo con luz propia aquellos que aún siguen siendo pura luz?

Echo de menos las personas...me refiero a las personas de verdad. De las de antes...Esas que me hacían vibrar a cada instante, como si fuera una niña ilusionada por algún cuento de hadas. Aunque al final acabe odiándolo. Al menos fue real, alguna de esas historias que ahora trato de borrar.

Prefiero sentir un instante real que cientos mil falsos, recreándolos como algo que nunca será. No sé si siento pena por lo que hemos convertido a este mundo. O si me niego a ir a favor de la corriente...

¿Acaso no somos más libres que antes pero más vacíos que nunca?

Sociedad de pacotilla que sacia las necesidades cual antojo para deshacerse de problemas cuando las cosas se complican. Sin dolor no hay gloria en ninguna de las puertas, y cada vez somos más débiles contra los sentimientos. Y eso acabará destruyéndonos como humanidad.

Quisiera sentir algo más allá de lo que inventaron para nosotros, pero no encuentro nada al otro extremo de la cuerda, porque aquí hay muchos peces, mucho ruido pero poca pesca en general. Falta de interés por algo con lo que no me dará de comer el día de mañana. Quizás la respuesta no esté en el mar si no en lo que éste contiene para nosotros. ¿Acaso no hay nada más? ¿Esto es todo lo que tienen para ofrecerme después de tanta experiencia navegando?

¿O es que acaso desparecieron esas personas?

Me siento atrapada en un mundo de ficción, como si estuviese en una de esas películas futuristas que tanto odié, por miedo a que algún día fuesen real. Donde solo existe la codicia y el ego de aquellos que acabaron destruyendo las pocas ilusiones que les queda a algún pobre corazón. Que vive con la esperanza de que algún alma, sin importar cual sea su cometido, brille aunque sea una vez más.

Cada vez cuesta más mantener encendida ese bombilla que transmite calor a los demás, esa que te hace ser tu yo más puro, sin importar que debas fingir detrás de todo eso. Como una sonrisa sincera, sin juzgar que hay detrás de ella. Tan solo disfrutar de poder devolverles un poquito de luz al final de este túnel en el que todos nos encontramos. 


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