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3.5.21

El viaje de la vida.

 Hoy tuve un sueño muy real, confundí lo ficticio con lo físico y se fusionaron. Parecía tan real que creí soñar despierta. Uno de esos sueños que comienza con un viaje rodeado de personas, unas pasajeras y otras eternas guías. Soñé que no estaba sola, que no tenía miedo del futuro ni lo que este nos depara para el día de mañana. Las personas más importantes me acompañaban en el, en él todos nos reíamos de la vida, de lo poco que nos lo tomábamos en serio y como disfrutábamos de ella sin importarnos que pasase en el resto del planeta. Solo permanecíamos ahí, contemplando la inmensidad del paisaje como si fuesemos a comenzar una nueva aventura. Como si estuviesemos preparados para todo, sin importarnos más que ser felices del momento, mandando todo a la mierda con una sonrisa en la cara. En ella tenía una luz que me guíaba, me enseñaba todo lo que jamás viví, me cogía de la mano y me enseñaba la magía de la vida, cada detalle que pasaba por alto o me distraía miraba a la oscuridad de frente. Cada persona me transmitía con fuerza diferentes sensaciones, algunas veces notaba la dureza de sus palabras apuñalandome en lo más profundo. Esa luz hacía que no tocase fondo, como si cuando se alejaba me sintiese desamparada, triste y solitaria. Como si no me importase estar sola con tal de huir de esa horrible sensación que me desgarraba. Mi punto débil, la sombra que me sigue a todas partes tras mis pies y que sin querer hacía que me perdiese en lo más profundo de mi.

Un viaje transcendental guiada por la luz que iluminaba mi oscuridad. Donde sentía que solo quería a mi lado a las personas de verdad, aquellas que se preocupan por mi sin pensarlo, personas reales que se quedan porque quieren y no por obligación o conveniencia. Personas reales, si no te quieres quedar, yo no obligo a nadie a quedarse a contemplar el paisaje una vez más, que me agarre de la mano y me diga, no temas compañera estoy aquí contigo para guiarte y ayudarte a que no caigas en esa oscuridad, y si caes...la aceptaré para volverte a levantar cuando estes preparada para ello. 

Huir de esa oscuridad que me persigue y a la que me agarro por no aceptar que algunas personas no sustituirán a aquellas que te guiaron por el mejor de los caminos, dejando atrás todos los demonios que te atormentan. Jugando a vivir y tomarme la vida menos en serio, porque hemos venido a experimentar y jugar con esta vida, aunque a veces nos empeñemos en creer que esta vida es una larga muerte...después de todo eso siempre hay un segundo de vida que merece la pena por todo el sufrimiento....

Pues no hay felicidad ni miseria en el mundo, solo existe la comparación de un estado con respecto a otro....Solo el que vive el mayor infortunio es capaz de vivir la felicidad más suprema.

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