Estigmas que dejastes en mi piel.

Siento un vacío que se llena con cada día más sin verte, siento que todo aquello que quería construir y que soñé contigo jamás será real y con ello todos los castillos de arena que solíamos soñar se deshacen con el agua. Que todas aquellas expectativas solo estaban en mi cabeza, de ser alguien que me hubiese gustado que fueras, de ser ese resquicio de luz que ví cuando solo estábamos tu y yo, cuando éramos felices sin importar nada más que ese tiempo que compartíamos, donde solo quería parar el tiempo y me daba cuenta de que no necesitaba nada más. Donde esa niña podía soñar en un futuro aunque solo fueran pájaros en mi cabeza…Donde a pesar de mis miedos sonreía y me dabas un espacio a ser quien quisiera ser. Porque eso me hacía ser yo y tener alas. Me gustan los sitios donde puedo ser yo, donde no me siento juzgada y siento que puedo expresarme sin que eso sea algo malo. Pero si algo sé es que esto me ha causado una herida que sin darme cuenta forma parte ya de mí…de mis miedos y mis debilidades. Me siento vulnerable cuando trato de acordarme de tí o todo lo que rodeó nuestra historia…me pone triste saber que alguien que quería todo conmigo me mintió y no fue capaz de ser lo suficientemente maduro como para conservar aquello que no quería destruir…a mi. Me siento víctima y no debería de ser así…Pues yo asumí las consecuencias aún sabiendo a lo que me enfrentaba, yo he permitido toda y cada una de las veces que he decidido creerte, toda y cada una de las oportunidades que te dí en vano. Como si no estuviera preparada para soltarte, como si solo me estuviese autoengañando un ratito más con tal de seguir manteniendo ese resquicio de felicidad por mísero que fuera, por falso que fuera. Y quizás era porque no estaba preparada para soltar las expectativas y la idealización que hice de tí, creyendo que algún día serías esa persona que necesitaba a mi lado, que en algún momento pondrías acción a tus palabras… Y no solo una forma de convencer al resto de que no eres la persona que según tus actos eres.

Me cuesta olvidarte por esa mezcla de recuerdos amargos que tengo a tu lado donde han sido infinitamente buenos y malos, donde me has dado una de cal y otra de arena. Ahora solo me siento destrozada por haberme fallado a mi misma tantas veces, por confiar en alguien que ya sabía que no podía confiar. Y ahora cada vez que trato de hablar sobre tí me vengo abajo, abajo porque me siento traicionada, porque siento que no quería perderte…Lo di todo y aún así solo conseguí lastimarme, porque a pesar de mirar para adelante e intentar cerrar una puerta difícil sé que algún día volveré a confiar, algún día todo esto se me compensará para encontrar a alguien que de verdad entienda mi luz y la valore tanto que siempre quiera mantenerla viva. Alguien que sea fiel a sí mismo y sepa con certeza que no vendrá a consumirme.

Sangre, sudor y lágrimas

 Cada pedacito de mí supura a cada rato queriendo volver a ese recuerdo intermitente, a ese resquicio de amor extraño en el que todo y nada se resume al trascurso de los días. Ya no supuran las heridas pero sigue doliendo como el primer día... Ya no caen ríos de amargura pues ya desperté de esta dura pesadilla, me enfrenté a mis miedos y ya no me controlan. Las promesas y las palabras solo sirven para convencerte y esperar cosas que no son capaces de demostrar con acciones, agarrándote a ellas como si no fuesen mentiras de aquellos que temen a decir la verdad, a aquellos que se esconden tras su debilidad de no cambiar lo que solo está en ellos. Dulce locura, eterna tempestad que me arrastro por cada bonito gesto pensando que todo eso algún día sería real, no te engañes son solo palabras de alguien que no es capaz de afrontar la realidad, alguien que en el fondo nunca quiso cambiar su desdichado camino...

Sueños de papel mojados por lágrimas, sudor y sangre, destruidos por el ego. ¿Por qué dejaste que sus palabras se llevasen tu intuición? ¿Acaso confías más en lo que dicen que en lo que sientes? Menuda estupidez... Quisiste creer todo aquello que parecía un cuento sin tener en cuenta que en todos ellos existe un villano, que el que menos aparenta es el que termina aprovechándose de la inocencia, la bondad y el amor de otros. Quitándole la gravedad para seguir aparentando que todo está bajo control.

Ahora toca soltar todo aquello, ahora toca pensar que solo fue una triste mentira, una triste verdad y un cobarde jugando a ser mortal. Todo lo que fue, todo lo que sentiste y todas las ilusiones que se llevó la marea, mientras tu intentas salvar un barco que se hunde yo saco agua para no ahogarme... menuda estupidez y malditos corazones.

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 En estos últimos años he luchado por ser esa persona que sé que habita en mí, alguien que no tiene miedo de caer, de lanzarse tras lo que quiere (merece la pena), de intentarlo una y otra vez, de tirar la toalla cuando no pueda más y recogerla cuando vuelva a tener fuerzas de continuar. Pero siempre con el corazón en la mano y la confianza en otra.

En todo este tiempo he comprendido que cualquier cosa en esta vida depende de la perspectiva en que lo mires, de que de este camino solo es una lucha constante en la que solo algunas veces obtendrás alguna recompensa por tu dedicación y que sólo conseguirás avanzar si realmente te lo propones desde el corazón. Que la vida te da una de cal y otra de arena y deberíamos agarrarnos más a esas pequeñas cosas que damos por sentado pero que nos ayudan a seguir remando contra viento y marea, haciendo que mantengas esa luz que tanto nos identifica. En ocasiones son personas que sabes que están ahí pase lo que pase, otras veces es solo un lugar remoto en medio de la naturaleza o tan solo un instánte que te hace mantenerte conectada con todo eso que te rodea.

Que debemos abrazar nuestros sentimientos, por muy duros que sean y aceptar que solo cuando los entiendas serás capaz de avanzar para volverte más fuerte hacia ciertas situaciones, no desde el miedo si no desde la fortaleza de aprender y aceptar que nada en esta vida es seguro pero saber que tienes las herramientas necesarias para enfrentarte a lo que sea porque has aprendido a improvisar y surfear esta gran ola.

A veces es duro, lo sé. Pero más duro es quedarte paralizado y pensar que jamás tuviste el valor suficiente de intentarlo. De seguir adelante pase lo que pase, cueste lo que cueste, da igual las veces que te caigas porque acabarás convirtiéndo ese aprendiz en maestro. Pues en un mundo cada vez más deteriorado no importará lo que enseñes, lo que crean de tí o las veces que te equivoques. 

No te rindas nunca, persigue tus sueños porque algún día te arrepentirás de todo aquello que no viviste por miedo a equivocarte.

Amor verdadero

 El amor debe sentirse como el mar, como un abrazo en mitad de la tormenta. Debe ser un refugio donde no existan las batallas y no se convierta en algo inseguro. Debe ser genuino y regarse todos los días, alguna vez pensé que el amor es para siempre, pero ahora sé que el amor está en cada esquina, se siente como un hilo que tira de tí y te atrae como una fuerza centrífuga de la que no puedes escapar. El amor es valioso si se trata de amarte a tí, el resto solo te enseña de la vida y de como otras personas entienden el concepto de amar.

En el amor creo que no hace falta demostrar nada porque sale solo...es algo que se hace por inercia porque sale desde el corazón y no necesita esforzarse a nada. Recuerdo perfectamente la última vez que me rompieron el corazón, estaba tan apagada que no podía reconocerme en el espejo, me había consumido tanto que me olvidé de mí y solo buscaba aprobación de alguien que no supo valorarme nunca. Me acerqué a mi madre y le abracé mientras le decía "mamá no tengo ilusión ni energía en avanzar, me siento vacía y no sé muy bien que hacer", a lo que me respondió: -todos tenemos una cajita de luz que debemos de cuidar para no sentirnos vacíos, en ella conservamos la energía que vamos generando por nosotros mismos, a veces ves la cajita de otras personas vacía y decidimos regalarle un granito de la nuestra pero hay que tener cuidado de no regalar demasiada luz de tu cajita o acabarás con tu cajita vacía y te costará más recargarla de nuevo por ti sola. Además no debes depender de lo que otros te brindan porque entonces estarás destinada a depender de ello para recargala y eres tú quien debe rellenar esa cajita sola. 

Aquella frase aún sigue retumbando en mi alma desde entonces comprendí que no podía regalar mi energía a quien sea ni podía pretender rellenarla de la energía de otros, pues no hay nada más valioso que recargarla con tu propia luz. Es cierto que ciertas personas quieren adueñarse de esa energía y por culpa de eso acabes mendigando energía porque dejaste de poder generarla por ti mismo y entonces dejas de reconocerte en el espejo, acabas siendo alguien con el que no te sientes identificado y terminas olvidando que lo más importante eres tú.

Ahora sé que ningún amor es suficientemente fuerte como el amor propio, porque nadie más que yo puedo recargar esa cajita con mi propia luz, esa que brilla cuando esta a rebosar y que tanto admiran. Guardala en una caja fuerte y no le entregues la llave a nadie más que a tí. Pues solo tu sabes que es lo que de verdad necesitas para crear esa abundancia en tí, para ser sin fingir. 

Recuerda que las palabras, los actos y las personas no tienen nada que ver contigo, si no con ellos mismos y que solo tú eres capaz de salir de cualquier agujero.

Sé libre y no te quedes en ninguna jaula que te vendiesen como hogar, pues tu eres tu hogar más seguro más auténtico y real. 💙

A tí.

A tí que has construido tanto después de tantas guerras internas, a tí que eres imposible de domar, caballo salvaje que no quiere regresar. ¿Por que sigues poniéndole nombre a la libertad? si eres capaz de saltar cualquier valla sin miedo a rehusar. Tu que te guías por las señales de esta vida, esas que te guiaron hacia donde ahora estás, libre de cazadores y alimañas ¿Por que sigues omitiendo tu instinto si él fue quien te sacó de ahí? ¿Por qué sigues corriendo en círculos pudiendo huir lejos de aquí?

Tu bonito corazón conoce el odio que todo lo destruyó y ahora solo quieres dar lo que eres, que ya no seguirás este río de sangre que mato su sed pero no la tuya, que tu eres de agua salada y formas parte de algo mucho más profundo, algo que no transcurre ni del odio ni del rencor y que ahora sabes reconocer. No tengas miedo a chocar contra el suelo ni de volver a empezar de cero. Como el ave fénix resurge de todo aquello que te destruyó.